La victoria del partido islámico Ennahda el 23 de octubre generó más temor y preocupación entre las tunecinas, que alivio y tranquilidad. Las mujeres temen que todo lo que hasta ahora se ha ganado en pro de la liberación, se vea detenido por el crecimiento de la fuerza política religiosa islamista.
Los miedos se profundizaron después de los últimos ataques a grupos de salafistas, a salas de cine y estaciones de tv que proyectaban filmes de cineastas mujeres. Lo peor fue cuando se agredió a profesoras y estudiantes de diversas universidades del país.
Según el partido islamista, no tienen nada que ver con las acciones de los extremistas, asegurando que ellos siguen una línea moderada. Además, afirman que van a respetar los derechos de las mujeres.
El gran problema está en que a los más conservadores de Ennahda, y los radicales salafistas, consideran que seguir una línea política moderada no es apropiado, y que se debe retomar una postura religiosa dura.
La semana pasada ya varias mujeres protestaron en la capital por los constantes ataques físicos y verbales a las que son sometidas por parte de los conservadores. Los gritos de peor calibre, los reciben las mujeres que desafían los códigos de vestimenta conservadores tan propios de los países islámicos.
Las protestas que llevan adelante las mujeres, además, no son apoyadas por ningún partido político, y son ellas mismas las que se tienen que promover.
Lo concreto es que los líderes de Ennahda, aunque aseguren que respetaran los derechos de las mujeres, se contradicen con sus acciones.
Las mujeres que se están presentando como candidatas en Túnez, están seguras que son los medios de comunicación los que han permitido mantener el poder a los islamistas, y ellas luchas solas por preservar sus derechos ganados, y hacerse respetar, además de preservar el código familiar tunecino, pero ya han empezado a decir que las normas de adopción van en contra del derecho islámico.
Incluso se dice que los islamistas quieren segregar escuelas, autobuses y áreas públicas en base al género.
Vía/ Ipsnoticias, Foto/ (Caravinagre) flickr