El Edén de África, así se podría describir con pocas palabras al Parque Nacional Ichkeul, en Túnez, parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad.

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Ubicado en el lado norte de Túnez, el parque se alimenta del Lago Ichkeul, el cual es el último de una cadena de lagunas de agua dulce que rodean la costa norte de África. El lago y sus alrededores, repletos de pantanos albergan gran cantidad de aves acuáticas, como patos, gansos, cigüeñas y flamencos rosados, entre otros que se alimentan y anidan allí.

Si no fuera por la construcción de tres represas en los ríos que han cortado el suministro de agua a los lagos de agua dulce, este sitio se encontraría fuera de peligro, pero hoy se ve amenazado por el aumento de la salinidad, cambiando las especies nativas tales como los cañaverales, juncos y otras de agua dulce por plantas halófitas, que han ido a su paso reduciendo el número de aves migratorias que dependían del hábitat natural que había allí.

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Una de las especies que dependía de la caña era la garza imperial y púrpura, que ya desaparecieron del sitio. Desde el año 1996 este lugar está inscrito como uno de los Patrimonios Mundiales en Peligro, cosa que me parece un chiste si consideramos que al minuto de aprobarse un proyecto de la magnitud que tiene una represa, se ha evaluado previamente el impacto ambiental que tendrá en la zona (o al menos, eso dicen). Luego empiezan con banderas ecologistas que solo sirven para hacer algo más popular a algún político en decadencia.

Este problema medio ambiental no sería gran cosa si fuera tan sólo un asunto puntual de Túnez, pero es una plaga global, y es que nadie puede tapar el sol con un dedo.

Fotos: flickr

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