flowers.jpg

Para los que conocen la flor del Jazmín, saben que esas flores, son de un aroma fuerte, penetrante y energizante, que evoca esas noches cálidas del verano, o incluso las noches húmedas de aquellas casas que se encuentran situadas cerca de la orilla del mar.

Los Jazmines no sólo son la flor ícono de Túnez, sino que también es un potente ícono social de la cultura tunecina, que trae consigo historias pegajosas y divertidas que perduran en el pasado y el presente, algo que aprenderán los que se tomen una vacaciones en Túnez.

jazmin.jpg

Dese bien temprano por la mañana, ya se pueden ver a los vendedores de flores por el lado izquierdo de la calle que lleva hacia la estación de tren TGM, en el centro de Túnez, a pocos minutos de la Torre del Reloj en la avenida Habib Bourguiba. Los ramos que venden son de unos tamaños fascinantes, por lo que no es difícil tentarse a comprar uno.

La temporada del Jazmín desde su primer día de inicio se nota, porque estas flores aparecen por todos lados, en especial en estos sitios donde las venden. Hay unos ramitos pequeños y perfumados que se hacen con las flores Jazmín. El resultado final se llama Mashmoum. Hay gente que lleva décadas haciendo este trabajo, y aunque no les resulte rentable según ellos, lo hacen porque es parte de una tradición, de su cultura local, y es notorio que detestan el hecho que muchos jóvenes se estén escapando del país, y no rescaten sus tierras, las cultiven y perpetúen las tradiciones de los tunecinos.

El agitado ritmo de vida parece ser que le ha quitado el sabor a este tipo de actividades, que en el fondo, llena el alma de las personas que dedican su vida a hacerlo. Pero el asunto es un fenómeno que pasa en todos lados, no sólo en Túnez. En tantos países del mundo, donde antes existían comunidades rurales, hoy sólo se ve soledad y abandono. Es en cierto modo, la evolución esperable que traería consigo el desarrollo mal planificado de las economías. Y la solución no es negarles a los que quieran, irse a estudiar lejos de sus tierras.

Pareciera ser que el problema vital de la economía, conformado por la escasez, abarca todos los ámbitos de la vida, y este parece ser el mejor ejemplo del asunto. Pero siempre creo que aparecerá algún progresista que logrará crear un equilibrio perfecto. Si lo ha habido en otras partes, por qué en Túnez no podría ser.

Los Jazmines, durante tres meses seguidos, inundan las calles, y el aire con su pureza y belleza, configurando un atractivo extra a esos que pasean de vacaciones por Túnez. Como dato para los que quieran conquistar a una mujer tunecina, colgarse un ramito de Mashmoum detrás de la oreja, es símbolo de virilidad. ¿No será algo parecido a lo que fue la moda del cigarrillo detrás del oído hace algunas décadas en otros continentes?.

Vía/ Tunisia-live

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el permalink.