El Museo Nacional de Bardo es un verdadero hito arquitectónico. Situado en uno de los suburbios de Túnez y dispuesto en un antiguo palacio beylical, este es el museo más importante del Magreb y del mundo en la temática de mosaicos romanos.

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El palacio original data del siglo XIII, pero a través del tiempo se ha ido restaurando y ampliando para convertirse en un magnífico ejemplo de la cultura árabe musulmán.

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Las colecciones del museo se han clasificado de acuerdo al origen y fecha, disponiéndose en diferentes apartados que reflejan la historia de Túnez, las cuales se separan en: la Era Prehistórica, la Época Cartaginesa, Época Romana, Era Cristiana y Época Islámica.

En el área de la Prehistoria se puede vislumbrar la riqueza de los emplazamientos prehistóricos de Túnez. Hay una gran cantidad de artefactos y vestigios. En el primer piso hay una sala dedicada a una hermosa colección de joyas, sin contar con la sala de cerámicas, del púnico y un corredor con las estelas neopúnicas.

En la zona Romana, la más importante del museo, se puede ver esculturas, objetos de cerámica y joyas, además de algunos sarcófagos, cuadros de barro y mosaicos que relatan la vida del cristianismo africano. Cientos de mosaicos adornan las paredes y el piso de Bardo, lo que nos lleva a recorrer la época romana en toda su fastuosidad, majestuosidad y abundancia.

La Sala Susa muestra el triunfo de Neptuno, sin contar con las demás figuras mitológicas de las que en más de alguna ocasión hemos oído hablar, como Venus y Ulises en los mares repletos de sirenas.

En la parte de la Era Cristiana, se ven mosaicos posteriores al siglo III, con temáticas de la Biblia y todo el simbolismo del Nuevo Testamento. La mayoría de las estatuas y mosaicos son de Cártago, sin embargo, las iglesias de todo Túnez estaban decoradas con imágenes elaboradas en mosaicos.

El Área Arabo Musulmana tiene colecciones de la edad media musulmana y una sección de arte y tradiciones populares de aquella época.

Fotos: flickr

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