Para los amantes del acaramelado color de la arena, Sbeitla es el paraíso que deben recorrer, repleto de ruinas pintorescas y roídas por el tiempo, que dejan una sensación de antigüedad en el alma y en el cuerpo por su cálido color ocre que invade toda, toda su superficie y los que caminan sobre ella.

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Los restos de Sbeitla lucen con irreprochable propiedad bajo el cielo azul brillante de cada noche. Estas ruinas serían adecuadas en algún lugar de Roma, pero no aquí, en el continente africano, donde ninguna poesía se condice con ellas, como aquella que citaba panteras y gorilas de África, sin contar con los cocodrilos.

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Pero es en África, en este seco continente donde yacen las maravillas más antiguas que se puedan imaginar. Y es aquí donde encontramos un foro, un teatro, el templo de Jove, Minerva, Junona y un Tanque de agua.

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El misterio de Roma se resuelve cuando nos enteramos que Sbeitla fue construido por romanos, y claro, la construyeron de una forma muy similar a las ciudades de su lejana patria. Ya en el 2° siglo los romanos llegaron a estas tierras para instalarse, y como no habían posibilidades de continuar viajando, pensaron que probablemente ese sería el lugar donde morirían, así que comenzaron rápidamente a trabajar sobre su tierra para convertirla en un pequeño imperio que mes rememorase al menos, su entrañable Roma.

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Los romanos seleccionaron el lugar a la perfección, y hasta llegaron a un acuerdo con los bereberes, construyendo una atractiva ciudad, con amplias calles y edificios por donde circulaba aire fresco, aun cuando el cielo africano era abrasador.

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El mercado y el teatro son lugares que vale la pena ir a visitar, más aun considerando que han sido restaurados por los arqueólogos que han encontrado en estos sitios innumerables vestigios.

Fotos: flickr

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