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Miles de tunecinos se reunieron en el centro de Túnez el día de ayer, para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores.

Entre los manifestantes, se podía ver a tunecinos blandiendo banderas, carteles, pancartas y globos, además que muchos se animaron a cantar los himnos nacionales de los sindicatos y el trabajo acompañados de fuegos artificiales.

Los tunecinos gritaban por el empleo, la libertad y la dignidad nacional dentro de la plaza, que a la vez era sede de varias figuras políticas y destacados de la sociedad civil, como suele ser en este tipo de manifestaciones en casi todo el mundo, porque si mal no recuerdo, en prácticamente ninguna se puede prescindir de alguien que figure en política u otro tema a fin de aparecer en los diarios y televisión si es posible emitiendo sus frases para el bronce.

Los manifestantes tunecinos se movieron más tarde hacia la Avenida Habib Bourguiba, para continuar celebrando en frente del Teatro Municipal.

Lo más impresionante era ver cómo gente de todas partes de Túnez llegaban y se unían a la protesta, gritando por igualdad para hombre y mujeres, y otras frases que reflejaban su descontento con la situación actual.

Pero el Día del Trabajo no fue el único motivo por el cual se reunieron los tunecinos, sino también para aprovechar de conmemorar la muerte de Farhat Hached, una figura simbólica para todos los trabajadores tunecinos.

Los festejos fueron pacíficos y en cierto modo, rememoran toda la lucha que han dado otros países en el pasado, por tratar de mejorar las condiciones laborales de mujeres y luego que lo han conseguido, luchar por mejorar otros aspectos. Finalmente, ahora hay países (que mejor no menciono porque creo que esto les aqueja a varios), donde hasta se lucha por obtener una difusa “igualdad”, educativa, de vivienda, y tantas cosas, pero nadie menciona cuál es el límite de esa igualdad, ya que al parecer, ya no basta con que se otorgue una vivienda donde vivir dignamente, sino que además, exigen subsidiar todo de modo que alguien sin tener que trabajar, pueda acceder a lo mismo o casi, que aquellos que se desloman día a día, y no tienen ningún beneficio de Estado y pagan descomunales impuestos, para generar esa “igualdad de condiciones de vida” de los que no trabajan ni se esfuerzan por estudiar. A veces me pregunto si no sería mejor quedarse en casa y recibir un poco menos, pero tener así el 100% del tiempo disponible para hacer lo que se me venga en gana…total, todas mis necesidades como indigente estarían cubiertas…y así celebraría el día del trabajo como un día de vacaciones en Túnez.

Vía/ Tunisia-live, Foto/ Flickr (Taimambi)

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