Tozeur es una ciudad en el suroeste de Túnez, y el hogar del el mayor oasis del país, que contiene cientos de miles de árboles de palma. La economía de esta ciudad se basa en el turismo de exportación que tiene, que atrae a mucha gente al afamado desierto del “Sáhara”. El desierto atrae a más de 700 mil visitantes al año, de los que una parte son tunecinos, y otros son extranjeros. Todos llegan atraídos por la belleza y el oasis de la montaña.
Las innumerables capas de sedimentos que están en la parte inferior de los estanques que están dispersos a través de todo el oasis y fuera de los confines, proporcionan la materia prima esencial para la industria de ladrillo local. Las temperaturas en la época de verano llega fácilmente a los 45 grados. Cuando el cieno se seca y toma una forma amarillenta y dura, se le conoce como “Toub”.
Al pasear por el casco antiguo de Tozeur, uno es inmediatamente confrontado por patrones geométricos, de “Toub” que decoran las fachadas de los edificios y las paredes de los pasillos estrechos de la ciudad vieja. Los ladrillos amarillos son capaces de mantener las casas frescas del calor sofocante del verano y calientes del frío del invierno.
Los ladrillos amarillos se fabrican artesanalmente, mezclándo barro y arena, que luego se sumergen en agua. La mezcla se moldea dentro de pequeños marcos de madera rectángulares y se deja secar al sol durante un día de verano y diez de invierno. Al final los ladrillos se cuecen en un horno a temperaturas extremas que llegan a más de 1.000 grados centígrados.
Los ladrillos en esta zona del mundo, son muy económicos. 1 Metro cúbico de arcilla puede producir a su vez, 1.000 ladrillos. Cada ladrillo mide 17 centímetros por 8 centímetros y 3,5 centímetros de alto, pesando 728 gramos.
La técnica que se utiliza en Tozeur para fabricar ladrillos, es de origen mesopotámico, la cual fué traída por los árabes en el siglo octavo. Dada la similitud del medio ambiente, los colonos árabes de Tozeur encontraron que éste era un lugar propicio para continuar con sus tradiciones de fabricación de ladrillos. Ya me gustaría tener tan cerca los sedimentos que tienen los tunecinos, lo que es una ventaja enorme si lo pienso bien, sino imagínense lo que podría ser el combate a la pobreza extrema, esa que tiene a tantos viviendo sin un techo firme. Pero como dicen por ahí, en casa de herrero, cuchillo de palo, y lo más probable es que hasta en Tozeur, exista aún personas sin una casa.
Vía/ Tunisia-live, Foto/ Flickr (Kraken_Boy)