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La Medina de Túnez nunca deja de sorprender a sus visitantes con su laberinto de callejones girando. Mientras hay quienes se dan mil vueltas en los callejones que al final no tienen salida, otros tropiezan con sorpresas deliciosas, como el Club de la Cultura Tahar Haddad.

Este Club, está ubicado en una calle pequeña y tranquila por el lado norte de la Medina. Todos los tunecinos saben que este club de la cultura es una joya escondida que puede ser encontrada solamente por los más curiosos. Hay que aprovechar la oportunidad de conocer este lugar, ahora que hay tantos vuelos a Túnez baratos.

Este Club, se creó por el año 1974, y ocupa parte central de la escena cultural de Túnez con sus actividades y diferentes disciplinas artísticas. En todos los países del mundo hay un sitio que resulta ser el epicentro de la cultura y se gana fama, así que Túnez no podía ser excepción.

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El edificio donde está este club, tiene su historia propia, y ha sido testigo de importantes capítulos de la historia de Túnez. Antes era un trastero que estaba anexo a un establo de la antigua mansión de Lasram Dar, que data de 1812. El Ministerio de Cultura de Túnez fue el que tuvo la iniciativa de reactivar la Medina, convirtiendo este espacio en un sitio dedicado a la cultura.

El Club de la cultura fue nombrado después Tahar Haddad, en honor a un pensador tunecino, reformador feminista y social que defendía los derechos de las mujeres. Un dato interesante, es saber que cuatro de los cinco directores que ha tenido este lugar desde el año 1974 han sido mujeres.

En la entrada misma del club, hay un Hamsa, que es un amuleto contra el mal de ojo, invitando a insertarse en la sala cultural. Adentro, se puede sentir el sabor artístico de la identidad tunecina. Los ojos poco a poco se van acostumbrando a la oscuridad, y al mirar hacia arriba, se puede ver la foto de Tahar Haddad. Caminando hacia adelante, se puede sentir el aroma de los granos de café árabe triturados dando su bienvenida.

Cruzando el umbral, uno se ve envuelto en la luz y los colores de las pinturas que están en la galería del café cobrando vida, mientras uno las observa. Justo el centro del edificio, la galería de arte tiene un espacio de luz gracias a los ventanales de cristal que dan vistas al jardín, el que a su vez ofrece un paisaje lleno de rosas.

Dentro de la galería hay una cafetería que tiene por fin dar un espacio donde la gente pueda disfrutar de su bebida mientras discute algunos asuntos idealmente intelectuales. Los cafés pueden disfrutarse en diferentes versiones, además que hay té con sabor a menta y café árabe.

Todo lo que decora el lugar da la impresión de haber sido algo olvidado hace mucho tiempo, o más bien, da una sensación de nostalgia, por las antiguas alfombras tradicionales, las fotos en blanco y negro colgadas de las paredes.

El Club Tahar Haddad es un escenario de conciertos y obras de teatro experimentales. También hay una biblioteca con temas diferentes, muchos tienen que ver con el arte. Hay libros de poesía, cine y literatura, accesibles a los miembros del club, o estudiantes y investigadores.

Hay secciones dedicadas al cine, a la fotografía, la música, los cuentos, el teatro y la literatura. También hay salas de conferencias que se ocupan semanal o mensualmente.

La rigidez del edificio histórico, contrasta con el dinamismo artístico de este club cultural, que cada día ofrece algo entretenido e interesante a sus visitantes.

Vía/ Tunisia-live

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