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En Túnez existen algunos lugares que son casi parte de la cultura tunecina. El Plaza Corniche, por ejemplo, es un hotel boutique con un jardín grande y varios restaurantes, donde la gente va a tomar cerveza, sobretodo los que aprovechan los vuelos Túnez.

Ya sea que estén buscando un hotel agradable para pasar la noche, o un lugar para tener una cena romántica junto a la piscina, o simplemente disfrutar de un lugar tranquilo para ir a tomar una copa junto a un par de amigos, el Plaza Corniche es la mejor opción.

El Plaza Corniche, es un fascinante hotel 4 estrellas, ubicado en La Marsa Corniche, un barrio residencial en las Playas del Norte, conocida por su deliciosa comida mediterránea, un bar acogedor, un ambiente relajado y su popular club nocturno. Su ambiente distendido hace que este hotel sea el favorito de las mujeres y hombres que salen de vez en cuando a beber una copa con sus amistades.

Entrando al Plaza Corniche, se encuentran con un ambiente que es similar a un cuento de hadas, entre encantador y kitsch, todo en partes iguales. Tan pronto crucen el umbral, serán inmediatamente sorprendidos por decenas de faroles que iluminan toda la terraza. Éstas lámparas están acompañadas por una decoración fascinante y ecléctica, que combina todo, desde antigüedades tunecinas, hasta flamencos y rosas de plástico.

Este ajuste excéntrico está rodeado de un hermoso jardín, que le da un matiz mágico y relajante. La música de fondo va acentuando la sensación de bienestar y hace que el ambiente se vuelva aún más íntimo. Pero la magia no se detiene allí, y al otro lado del hotel, hay una terraza con una piscina y una espléndida vista del Mar Mediterráneo. Bahía, Ibiza o incluso Sidi Bou, están todos juntos en este paisaje que da la piscina de la terraza. Este magnífico entorno es idóneo para ir acompañados.

Si la idea es ir a comer almuerzo o cena, los 5 restaurantes ofrecen todo tipo de alimentos. Ta-Boo el Eden Bock, Bistro Garden, la Terraza y la piscina están siempre con menús frescos y variados, que van acompañados de aperitivos y si quieren, langostas frescas.

Algo que ha hecho bien popular la barra entre los tunecinos y extranjeros, es la cobertura que tiene de los eventos deportivos como Roland Garros o otros torneos internacionales de fútbol. Muchos llegan a seguir los acontecimientos con una bebida o una pizza. Para bailar la planta baja tiene el Club 22, que se llena de multitudes cada noche y hasta la madrugada.

Pero no todo puede ser puras maravillas, y el Plaza Corniche también tiene su lado amargo, por ejemplo, no tiene aparcamientos, lo que hace que las calles vecinas sean un caos, desatando la ira de los residentes locales. El personal, que se viste con unos uniformes de marinero kitsch, no es muy acogedor, y además, las órdenes demoran en ser traídas a su lugar. Por malas experiencias de otros viajeros, es recomendable que revisen muy bien su cuenta al final de la noche, para que se aseguren que no hayan cometido un error al cobrar.

A pesar del lado amargo del Plaza Corniche, el bar es un gran lugar para salir a relajarse en medio de un ambiente agradable. Con una copa en la mano, mirando la piscina con el color azul del Mediterráneo, o sentados en un jardín, es fácil olvidar éstos inconvenientes menores. Esto es lo que atrae a la gente y la hace regresar año tras año.

Vía/ Tunisia-live

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