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En Cartago, todavía quedan vestigios de lugares que alguna vez fueron lo más sagrado que tuvieron los tunecinos.

En la cima de Byrsa, una colina de Cartago, en medio de un suburbio costero de Túnez, se encuentra una catedral que hoy es más conocida como el Acropolium. Ya no es un lugar para realizar cultos, sino para celebrar conciertos nacionales e internacionales.

Este edificio, evoca los recuerdos de uno de los conflictos más relevantes que hayan existido entre musulmanes y cristianos, las Cruzadas.

Cuando el Rey de Francia, Luis IX o San Luis llegó a este lugar, comenzó la octava cruzada. Pero el rey terminó sus días muy débil y enfermo, incapaz de sostener siquiera, su escudo y espada. Tres semanas después de su muerte se construyó esta capilla que hoy es un imán turístico para los franceses y extranjeros.

La catedral fue construida mucho después de la capilla, cuando las autoridades decidieron levantar un monumento religioso en honor al Rey Luis IX, dado que fue uno de los personajes más ilustres que haya tenido Túnez alguna vez.

El diseño de la estructura de esta catedral, es la típica de un francés del siglo 19. Su estilo, que se asemeja a una cruz latina, se extendió por toda Francia en el siglo 19. La iglesia cuenta con una nave central y dos naves separadas por arcos que pasan por encima. Las vidrieras tienen detalles arabescos y adentro de la catedral, hay una gran campana de 6 toneladas. Con todo esto, ¿quién no quisiera pasar unas vacaciones en Túnez?.

Vía/ Tunisia-live

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