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Ayer la policía y miles de manifestantes anti gubernamentales se enfrentaron de un modo violento y agresivo en la avenida Habib Bourguiba, desafiando la orden de no hacer manifestaciones en la zona donde se derrocó hace más de un año atrás a Zine Al Abidine Ben Alí.

En total fueron 2.000 los manifestantes que salieron a celebrar la fiesta de los Mártires, que conmemora la represión de 1938 de manifestantes partidarios de la independencia por las tropas coloniales francesas. Todas estas revueltas son para que los turistas se llenen de miedo, más todavía considerando que la policía despeja a las multitudes utilizando gases lacrimógenos y hasta golpea a los manifestantes con porras.

Algunos manifestantes incluso tiraban piedras, lo que hace recordar los tiempos del gobierno de Ben Alí, cuando Túnez no permitía ejercer libertad alguna por parte de los ciudadanos. Hoy día, sin Ben Alí, el pueblo sigue reclamando por la caída del régimen que sostiene en el presente el partido islamista moderado Ennahda. Las principales demandas se enfocan al mejoramiento de las condiciones económicas y reblandecimiento de la obligación de llevar una vida religiosa tan estricta.

A pesar que los tunecinos todavía están disconformes con lo que tienen en su gobierno, lo cierto es que hoy hay algo de democracia, es posible manifestarse y reclamar, con excepción de la avenida Habib Bourguiba, donde se producen demasiadas externalidades negativas, y son los propios locatarios y dueños de hoteles que reclaman por los daños que se generan en sus negocios. Pero los opositores no escuchan y se arriesgan a protestar justo en la avenida prohibida, sin importar que tras la batalla con la policía, terminen personas muertas.

Todo esto refleja el temor de los tunecinos porque el actual gobierno se pase de moderado a extremista, imponiendo finalmente normas tan duras y rígidas como las que alguna vez tuvo Ben Alí.

Vía/ Thepeninsulaqatar

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