En los seis primeros meses de este mes, la economía tunecina no ha mostrado signos de recuperación, principalmente porque los ingresos del turismo cayeron a la mitad y lo mismo ha pasado con el sector industrial.
Lo más preocupante para los tunecinos, es el decaimiento del turismo, que son la principal fuente de ingresos del país. Todo esto es consecuencia de todas las huelgas y paros continuados del sector industrial.
Por lo mismo, hasta los proyectos de prospección energética se han visto detenidos, también los proyectos de prospección petrolera, de los que se han prospectado apenas 6 de los 14 que se tenían previstos.
Otro problema que se suma a esto, es el desabastecimiento de combustible de las localidades fronterizas con Libia y de la zona centro del país, debido a que ha aumentado el consumo con la llegada del mes de Ramadán.
Las exportaciones de cemento pararon, para comenzar a abastecer al mercado local, además que la producción de este material, se ha reducido demasiado, con las huelgas, lo que de pasada, ha provocado un aumento de los precios, llegando a ser hasta 4 veces más caro que antes, incluso en el mercado negro.
El riesgo de la deuda soberana de Túnez, paso de ser estable, a ser negativo, por todo el cambio político que se espera. Se estima que este año, el país va a crecer apenas en un 1%, para recuperarse por el año 2014, y llegar a niveles de crecimiento de un 5%.
Y para rematar las malas noticias, el déficit de cuenta corriente tunecino podría ser superior a un 6% del PIB, debido a la escasa actividad turística.
Los organizadores y líderes de estas huelgas y protestas, deberían haber pensado en parar toda la revolución una vez que consiguieron que se hicieran las elecciones para octubre de este año. Continuar luchando en contra del sistema actual, por injusto que parezca, finalmente, solo le traerá más pobreza a la gente. Pero la rabia puede más…