Este hotel se encuentra ubicado en medio de un entorno paradisiaco, y lo digo sin temor a exagerar, porque si se fijan bien, los alrededores están repletos de palmeras y eucaliptos.
En este hotel la gente puede disfrutar de un alojamiento confortable, instalaciones modernas y un ambiente hospitalario, muy característico de Sousse. Los huéspedes pueden aprovechar la visita para ir a pasearse por el Museo del Kalaout-Koubbawhere, que muestra la vida de la época otomana.
Muy cerca del hotel esta el centro de la ciudad y el Puerto de Kantaoui. Los huéspedes pueden pasar a visitar la Medina de Sousse, la Gran Mezquita de Sousse y el Museo Arqueológico, que cuenta con bastante material de la época púnica, romana y paleocristiana.
En total, este hotel tiene 241 habitaciones y en el restaurante del hotel pueden encontrar una gran variedad de platos, disponibles en el menú a la carta. Dentro de las instalaciones con que cuenta este lugar, hay salas de conferencias, y un centro de negocios.
Los visitantes, en general, se llevan una buena impresión de este hotel, y lo dejan bastante recomendado, como uno de los mejores de Sousse, sobre todo para las familias, porque hay varias actividades que se ofrecen para ocupar el tiempo libre. A varios viajeros no les agrada la playa, por un tema de calidad, que se refleja en las aguas, la forma y la disposición de la misma. De la piscina también se genera una percepción mediocre, porque podría estar mucho mejor, conservando los mismos elementos que la componen al día de hoy.
Los empleados son muy amables y bien competentes para atender a público internacional. Esto, a mi parecer, es un asunto vital que no deja de ser relevante a la hora de elegir un hotel. Un empleado que no entiende correctamente los pedidos o las órdenes, sería muy molesto.