En Túnez la situación sigue siendo crítica debido a que buena parte de los ciudadanos quieren que el gobierno del país abandone el poder y se convoquen elecciones debido a que no están de acuerdo con las políticas que está llevando a cabo desde hace muchos meses. De momento parece que el presidente puede tener la intención de sentarse en una mesa a dialogar, con el objetivo de poder conformar un gobierno de unidad nacional, aunque de momento es el principio.
Esto es algo que ha ocurrido en otros lugares como Egipto, donde han votado a un presidente y después no han estado satisfechos con lo que han votado, aunque en los países democráticos los ciudadanos deben soportar el gobierno hasta que finaliza el mandato ya que ha sido votado por una parte mayoritaria de la población, que es lo que ocurre en este caso.
De todos modos los ciudadanos tienen la legitimidad para poder protestar si piensan que el gobierno no está haciendo lo prometido y lógicamente quieren tener un presidente que pueda ayudarles realmente. Curiosamente el gobierno islamista no es el del agrado de los ciudadanos de Túnez, igual que ha ocurrido en Túnez con el gobierno de los Hermanos Musulmanes, que no tenía unas políticas muy conciliadoras y además no habían mejorando en nada la vida de los ciudadanos, que es realmente lo que les importa tanto a los tunecinos como les importó en su momento a los egipcios a la hora de protestar.